Tal día como éste, hace 26 años, estaba yo bien tempranito ingresando a lo que era la Clínica Santa Cecilia en Caracas. Esa noche nació Hugo Gabriel, mi único hijo.
Tal día como éste, pero en 2006 estaba yo en el Mercado de pescadores en Margarita.
Los margariteños son simpáticos, pícaros, hablan rapidito, con un seseito o ‘arrastre de las s” bien sabroso y la ‘l’ a veces se convierte en ‘r’. Como un margariteño que venia a mi lado en el Ferry y le decía a quien supongo es su pareja: ‘negrita, hablamos después que ya casi no tengo ‘sardo”, es decir se le estaba terminando el saldo en el teléfono celular.
Reciben con los brazos abiertos a quienes llegan a visitar su Isla, porque es de ellos y punto. Y a aquellos, no margariteños, que enamorados de ese paraíso terrenal, agarran sus bártulos y deciden irse a vivir a LaIsla (así tal cual, todo pegado), los llaman Navegaos.
Foticos de lo que ellos pescaron o recogieron este día, fresquito…
Estos son los chipichipis. El arroz con chipichipis y aji dulce es del otro mundo. Una sopita de chipichipis es lo máximo.








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