El primer pan de Virginia
El gran evento fue los primeros días de enero, solo que entre una cosa y otra no lo había reportado.
Virgi, es mi hermana, y si hay algo que le gusta es la comida. Ella y yo habíamos quedado en que la enseñaría a hacer panes. Finalmente nos pusimos de acuerdo y me fui para la casa de los viejos cargada con los ingredientes.
Virgi midió, no fue pesada la cosa, los ingredientes y empezó a amasar. Teníamos que esperar que la masa levara la primera vez… y mientras eso sucedía, el viejo montó un hervidito de carne en la parte de atrás de la casa, en una especie de cocina al aire libre: ladrillos a modo de hornilla y leña para hacer fuego. Paseo por el jardincito y veo que allí todavía está el nacimiento. Un nacimiento protegidito por un techo, y lindo con sus flores naturales, helechos y tierrita de verdad. Algo pasaba con la masa que no subía, ¿será el frío hereje que está pegando?; metimos la masa en una gaveta en la cocina y comenzó a levar.
Mientras tanto, el viejo llega sonriente a enseñarnos parte de su cosecha: unas mini chayotas y maxi ajíes dulces. La masa leva finalmente y Virgi forma su pan.
Y a esperar otra vez que suba... Mientras el hervido está listo, a comer!!!
Y no crean que la cosa fue fácil: el horno de mi mamá es nuevo, a convección y confieso que al no conocer bien cómo funcionaba me volví un ocho. Ella tampoco sabía muy bien cómo se usaba, así que como el refrán: se juntaron dos mochas pa' rascarse!
El resultado es que el pancito no quedó perfecto, mas bien paliducho y en lugar de subir se encogió, pero Virgi estaba encantada, su primer pan estaba esponjosito y de sabor quedó bien.
Virgi tiene ganas de hacer otro pan conmigo, hay que coordinar, pero será pronto.
2 'compartires':
así me queda el pan!! sin huequitos.
Qué bella!!!
Lo importante es que quiere hacerlo y está contenta con sus resultados.
Hacer pan es una de las cosas que más satisfacción da en la cocina.
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