Alcachofas rellenas

La alcachofa o alcaucil (Cynara scolymus), se dice que es originaria del norte de África y que su nombre proviene del árabe al-kharshûf.
No me parece a mi que sea una hortaliza muy popular en Venezuela, y pienso que la comemos en las casas donde hay algún ascendiente europeo.
A los griegos y romanos antiguos les encantaban, y pensaban que tenía grandes propiedades digestivas - y no les faltaba razón – y no solo eso, sino también propiedades afrodisíacas.
Catalina de Médicis las llevó a Francia y enseñó a Enrique II a comerlas. No sabemos si por aquello de las propiedades afrodisíacas de la alcachofa, pero Catalina tuvo 10 hijos con Enrique II, a pesar de no ser su preferida. Quien realmente ejercía el poder con el Rey, era su amante Diana de Poitiers.
Hay una historia por internet que involucra a Zeus y a Cynara, referida como de la mitología griega. Parece ser que no lo es. He leído diversas versiones pero lo que es común en todas, es que Cynara era una hermosa mortal de la cual se enamora Zeus y que por alguna razón – diversas dependiendo de la historia que se lea – Zeus se molesta con ella y la transforma en alcachofa.
Lo que si es cierto es que Neruda le escribe una Oda, que comienza describiéndola,
.La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas
../…
y que termina explicando como se consume,
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde

La forma más común que conozco para comerla es hervirla o hacerla al vapor y, hoja por hoja, sumergirla en alguna salsa o sencillamente en mantequilla derretida. Al llegar al corazón se eliminan unas barbas incomestibles y se disfruta del corazón.
Hoy las preparé rellenas, recordando a Adelaida.
Se corta el tallo al ras de la flor y una parte del tope. Volteo la alcachofa y con ambas manos empujo hacia abajo para ‘abrirla’ un poco. Con una cuchara eliminar la pelusa que tienen en el centro, justo sobre el corazón. Pasar un limón por todas las partes manipuladas, de manera de evitar que se ennegrezca.El relleno fue miga de pan blanco, jamón serrano molido, ajo y perejil. Mezclé bien los ingredientes y los aglutiné con la ayuda de aceite de oliva.
Colocar mucho relleno en el centro, y algo entre las hojas. Las hice al vapor. Mi tía Adelaida las hervía sumergidas en agua con un cubito. Estarán listas cuando puedas introducir la punta del cuchillo en el centro, hasta abajo y sientas el corazón suave. Las mías tardaron 35 minutos.
Sugiero colocar la mantequilla derretida a un costado, habrá quienes extrañarán sumergir las hojitas antes de comerlas.