Ayer pasé por el mercadito de productos frescos cercano a mi casa y al entrar vi, muy acomodaditos ellos en una pequeña caja, lairenes.
¡Qué alegría!, porque es que es muy difícil conseguirlos. La última vez los comí en una almuerzo que hizo Juana mi cuñada.
El lairén parece a simple vista una papa blanca pequeña,
pero no son ni familia. Son crocantes y dulzones, deliciosos.
Hay que cocinarlos en agua abundante, sin quitarles la cáscara, por mucho tiempo, una hora al menos. Para saber si están listos se pinchan con una aguja hasta que se sienta que ablandaron. Una vez listos se agrega sal y se dejan hervir unos diez minutos adicionales. No hay que preocuparse porque no se deshacen.Me encantan para acompañar carnes a la parrilla.
Si quieren saber más detalles los invito a visitar este post del Chef Eduardo Castañeda: Lairén.
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La otra alegría es que también conseguí caraotas negras, que están medio desaparecidas. Día de suerte :-)
Ah, de eso hay aquí en Tianjin en el mercado también. Lo malo es que las caraotas negras son meras copias chinas.
ResponderBorrarJosianne, en China
Hola Josianne
ResponderBorrarY cómo se llaman en China?
Zulmy, y si acompañas los lairenes con mapuey morado te luces. Una parrila muy original y deliciosa.
ResponderBorrarQue vaina, siempre pensando en comida.
chao
Gracias por el dato chef. La próxima lo hago.
ResponderBorrarEn lo mismo ando yo, pensando en comidita... mejor pensar en eso que en otras cosas que nos rodean!
La comida no deprime :)