lunes, mayo 21, 2007

Cuando el cerebro espera algo y la realidad es otra

Ah! Pero no crean que es nada profundo lo que voy a compartir aquí.
Ayer en la mañana andaba medio down y no tenía ganas de aceptar la invitación a almorzar afuera que, seguramente, mi esposito mi iba a hacer.
Decidí que iba a preparar una salsa para pasta con unas costillitas de cochino. Me puse manos a la obra.
Sazoné las costillitas con sal, pimienta y un poco de comino. Las doré en un caldero con un poquito de aceite de oliva. Las aparté.
En el mismo caldero marchité una cebolla mediana, picada en cuadros pequeños. Agregué un poco de sal. Cuando cocino cosas en salsa, me gusta salar ‘en capas’, es decir cada ingrediente(s) que voy cocinando voy agregando un poco de sal. Me parece que todo va tomando gusto. Agregué ajo, orégano seco, mezclé bien. Dejé unos minutos hasta que el ajo estuviera marchito y devolví las costillas, con los jugos que habían soltado mientras esperaban fuera de la olla, al caldero.
Aquí es que viene el momento en que sentí que el disco duro en mi cerebro dudaba.
Como no tenía tomates frescos, busco una lata de tomates para licuar unos cuantos con salsa inglesa, un poco de sal, pimienta y un puntito de azúcar, por aquello de la acidez del tomate.
Destapo mi lata, y veo esto, En lugar de lo que esperaba ver, aparece algo medio blanquecino flotando en un líquido transparente. ¿Y entonces? O son unos tomates blancos o me equivoqué de lata. Chequeo la lata y leo: tomate entero pelado.. vuelvo a ver ‘eso’ que está dentro de la lata y... menos mal que, relativamente rápido, la parte de mi cerebro que piensa, le dijo a la otra que estaba empeñada en seguir extrañada y sin reaccionar, éstos no pueden ser tomates revisa bien… eran peras en almíbar. Afortunadamente no era la última lata que me quedaba y pude preparar mi salsa con tomates, sino hubiera tenido que inventar otra cosa. Nuestro almuerzo fue pasta corta con salsa de costillas de cochino, ensalada verde, tostones y peras en almíbar para el postre.

8 comentarios:

  1. Jajaja me dio risa que no fui al único que le pasó eso, una vez iba a preparar una ensalada y la lata decía por fuera maicitos y cuando destapé eranj frijoles que tal??.

    Gajes del oficio.

    Saludos.

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  2. Hola Zulmy:
    jijijij te cuento que estuve buscando algo toda la semana y lo tenía en un apartado de mi cartera que tiene muchos cierres ¿como llegó allí? ni me preguntes, mi disco duro borró la acción......

    No me gusta que estes down, Luís Gabriel esta por llegar y hay que casarlo con Sabrina la venezolana o con Carlota la asturiana, ya tiene dos novias ese muchachito.

    Besos

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  3. Ayyy Nima, de esos cuentostengo miles... ovoy a buscar algo y cuando llego al lugar, por decir la cocina, me pregunto ¿qué era lo que venía a buscar??
    Gracias por tu consuelo :)... lo que pasa Nima, es que es difícil que a uno no le de un down de vez en cuando en este país!!!

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  4. Rey... parece que esas cosas pasan más de una vez... mejor que encontrarse una cucaracha en la PepsiCola, que es otro de esos cuentos que tiene que ver con envases. A mi nunca me ha pasado eso de conseguir animales empacados en alimentos...
    Vi en tu blog tus reflexiones del Pico y Plata, muy buenas. Vivo en Baruta, y gracias a Dios no tengo un horario inflexible. La verdad es que con un buen transporte público mucha menos gente sacaría el carro. Pero de eso no hay por aquí.

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  5. Hermana:
    ¡felicitaciones!... ya te visita gente de 11 paises.

    Respecto al Pico y Placa. Ayer no lo podía creer. Atravesé el Boulevard de El Cafetal en tan sólo 15 minutos!!!!!!..... Me estaba tomando casi una hora a eso de las 8:30 a.m.

    Ojalá la medida siga funcionando y la copie Chacao

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  6. Perdon!!!!

    Arriba quise decir de 111 paises!!!!

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  7. tremendo pelon el de la fabrica de tomates, son cosas que aunque dificiles pueden pasar
    saludos

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  8. zulmy, debiste mezclar las costillas con un poco de las peras, sin el almíbar, además del tomate de una nueva lata. Una buena combinación, semi dulce pero con un poco de ajo y picante te lucías!
    Provecho

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