Delicias inesperadas
Ayer me levanté tempranito para que todo estuviera listo y que a la hora del juego Brasil-Australia, estuviera desocupada para verlo.
Arranqué con el pan y luego el cochino. Los aromas que se iban desarrollando son indescriptibles. Si deciden hacer el Cochino Tovarense preparen las células olfativas para una experiencia maravillosa: canela, clavos, cochino, papelón, vinagre, vino.. Uao, de verdad que espectacular. Este es el lomo antes de entrar al horno.Un poco más tarde, el olor a pan en el horno y después la tortica de jojoto que desprende ese aroma dulce del maíz.
La invitación era a la 1 pm, los viejos llegaron como a la una y cuarto, con el Negro y familia. Fue una tarde muy linda. El Negro, María Eugenia su esposa, y sus hijos llegaron de sorpresa, para mí al menos. No me imaginaba, ni de lejos, que vendrían.
El Negro me contaba, muerto de la risa, como hicieron el viejo y él para que nadie se enterara, claves cuando hablaban y cosas por estilo. Total, que misión cumplida, no lo esperaba y fue una de las delicias inesperadas. La otra delicia inesperada fue que mi mami trajo su insuperable antipasto y un conejito al salmorejo para completar la comida. Así que, que les cuento no quedó nadita de nada, solo platos y bandejas limpios. Fue una sorpresa muy linda, día de compartires, de comida rica, de historias, de ponernos al día, de sevillanas, soleaes, fandagos, rumbas y dominó. Espero que el Negro me mande una foto de Mariorly bailando.
Los homenajeados eran todos los padres presentes, pero en especial el viejo Paco porque además era el cumpleañero.
Aquí con mi delantal de la Escuela de Cocina de New Orleáns. Una escuela de cocina más bien turística, pero en la que fui, en una visita a New Orleans, a aprender a hacer el Gumbo y la Jambalaya.
El reportaje fotográfico del día: no tomé muchas fotos, pero las pocas fueron solo a las sobrinas.
Mariorly en el medio, con Virginia mi hermana y Paco, mi viejo.Camila
Eugenia con Virgi.
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