Humus de habas

Estas habas son deliciosas, y sencillas de cultivar. Crecen unas planticas lindas que da unas vainas con un color cobrizo espectacular – me encantaría conseguir una tela con esos tonos – y al abrirlas aparecen las habas envueltas en una delgada capita que parece un terciopelo. Son una belleza, y divinas. Las habas tienen una corteza que parece plástico, es dura y desagradable por lo que es muy importante, una vez hervidas, quitárselas. Es sencillo hacerlo, solo hay que apretarlas y salen fácil. Con unas pocas que se recogieron decidimos probar a hacer un humus. La verdad es que no tengo una receta específica para el humus, lo hago ‘al tacto’. Empiezo con unas cantidades mínimas de limón, ajo y tahine – crema de ajonjolí - y voy ajustando hasta obtener el sabor que me gusta. Digamos que para tres tazas de habas, agrego dos cucharadas de tahine, 5 dientes de ajo grandes, el jugo de un limón y sal al gusto. De allí en adelante, voy probando y agregando un poco más de tahine, o de ajo o de limón, y así hasta dar con lo que quiero.
Una vez hervidas y peladas las habas, las puse en el procesador de alimentos con un poco del agua en la que se cocinaron, el tahine, la sal, el ajo picadito y el limón.
Una vez listo, se coloca en recipiente, se espolvorea con pimentón es polvo – dulce es el que me gusta para el humus – y se cubre con un buen aceite de oliva. Me gusta servirlo con casabe. El casabe untado con mantequilla se lleva al horno hasta que queda crocante como una galleta.