Cachitos caraqueños, 3 generaciones de fans

Hugo, mi hijo, ya tiene unos cuantos años viviendo fuera de Caracas. Me dice que extraña el pan de aquí, es fanático de las areperas y de los cachitos caraqueños. También de la calle del hambre de Baruta.
Obviamente esta mamá gallina compra cachitos cada vez que el hijo único viene a Caracas.
Dato entre paréntesis, los de la panadería del Centro Comercial La Tahona - con nuevo dueño – son deliciosos.
A mi también me encantan. Una de las cosas que me entusiasmó del curso de panadería era aprender a hacerlos. Me quedan bien, pero hasta ahora no como un buen cachito de panadería, acompañado de un café con leche grande.
¿Cómo explicar un cachito?
Algunos tienen la forma parecida a un croissant; otros tienen la forma de un tabaquito. La masa no es hojaldre es masa de pan sobado, una masa con mantequilla o margarina, azúcar – no es dulce, sino dulzona - muy bien amasada para que quede elástica. Debe estar repleto de jamón para que sea un BUEN cachito.
Pues el Luis Gabriel le quitó el cachito de la mano a su mami y, como lo que tiene son dos mini-dientes, se lo chupaba sonora e indudablemente feliz.
Por eso digo, tercera generación de fans.