Las auyamas tuvieron su público
Los excesos de auyama despertaron interés.
* Cachita mi prima que no le gusta cocinar, pero le encanta comer rico, me pidió que le pase la receta de los ñoquis, en el próximo post te la doy...
* Mariana - una amiga preciosa, maga con las manos, maravillosa artesana de la plata - me recomienda hacer el risotto de zucca y en su recomendación aclara que es bueno buscar una auyama ‘bien harinosa, no aguachenta’ para que resulte un plato ‘inesperadamente exquisito’. Y es cierto, porque si la auyama es aguachenta el risotto queda, al deshacerse la auyama, como un mezclote desagradable a la vista, aguado en boca, y aunque sepa bien, no da ‘la nota’ o el placer que debería. Gracias Mariana, porque me ha pasado que alguna vez me queda el risotto de ensueño y otra de pesadilla, y no me había dado cuenta que ‘el detalle’ es la auyama. Y, aquí entre nos, en esa casa el cocinero es Manolo...
* La pregunta es ¿cómo reconoces o diferencias una auyama harinosa de una que puede resultar aguachenta, cuando está cruda??? Yo no tengo la menor idea. Si alguien sabe, que por favor me lo cuente... yo voy a empezar a averiguar por allí y cuando lo descubra les cuento.
* Mi cuñada Juana, toda una cocinera gourmet, y cuando digo gourmet es en serio, cocina delicioso... ella me pasa un dato que suena de un bueno... Juana me dice: Si te sobran auyamas córtalas como un dominó delgado, espolvoréalas con harina pan y fríelas en aceite con unas hojas de romero, pásalas por toallín y sálalas y échale más romero. Te quedan tostaditas en el exterior y blanditas adentro, son deliciosas. GIVE THEM A TRY... Seguro Juanita... hoy que te voy a ver te voy a llevar una de las auyamas..
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